sábado, 3 de marzo de 2012

los torranta (o la terapia del autoengaño)

linda jamás le hizo honor a su nombre. sabiéndose poco agraciada prefería autoengañarse pensando que cuando la llamaban por su nombre en realidad estaban usando el adjetivo.
una familia sin razón ni corazón le puso ese nombre aún sabiendo que su apellido era torranta. en aquel entonces linda prefería pensar que cuando la llamaban por su nombre completo en realidad se referían al registrado en su documento, aunque en el barrio se sabía que ese no era el caso y dudaban si su nombre había sido una profecía autocumplida o tan sólo una de esas casualidades que no parecen tan casuales.
a la señorita torranta se la veía en los bares con actitudes que enorgullecían más a su apellido que a su familia. mientras su fama crecía sus padres agradecían que linda no lo fuera para que torranta no fuera tanto. aunque trataron de acortar sus noches sólo lograron alargar sus tardes y finalmente llegó la noticia que sus padres habían esperado desde que linda era una torranta, el arribo de un nuevo integrante a la familia.
como era de esperarse el padre jamás reconoció a la nueva niña que estaba viniendo al mundo y después de todo ese sufrimiento hasta linda se preocupó de que su hija no siguiera sus mismos pasos, aunque no la ayudó demasiado cuando le puso milena de nombre a la pequeña.
pasada la riesgosa adolescencia, milena era una señorita que poco se parecía a su madre, de hecho hasta los 22 años no se le conoció una pareja ni nada parecido y sólo tuvo un novio en toda su vida con el que luego de 5 años de noviazgo se casó sin que nadie supiera jamás de aventuras o historias extrañas de ninguna de las partes.
pero las casualidades que a veces no parecen tan casuales tienen toda una vida para presentarse… milena se recibió de abogada, terminó ocupando un cargo de diputada a los 35 años y se la veía en el congreso con actitudes que enorgullecían más a su apellido que a su familia. era conocida popularmente como "mil en atorranta" más como puntaje delictivo que como nombre propio, aunque ella prefería autoengañarse pensando que cuando la llamaban por su alias en verdad se estaban refiriendo al nombre estampado en su documento...
mientras tanto su madre, ajena a las turbiedades de su hija, se sentía orgullosa cuando escuchaba de refilón en alguna charla de café:
"claro que conozco a la diputada milena,
aunque en casos como ese no hay un solo responsable,
para criar una persona de ese tipo…
linda torranta habrá sido su madre…"