martes, 29 de septiembre de 2009

el contador de ovejas (un cuento onírico)

la tradición de contar las ovejas para quedarse dormido y en paz se remonta a una vieja historia situada en los apeninos... hilario era un muchacho detallista y responsable, su trabajo constaba en llevar a pastar el rebaño de ovejas a la montaña cada mañana y traerlas de vuelta sanas y salvas, un trabajo no tan complicado para alguien con su práctica y un perro adiestrado...
por las noches se daba el gusto de quedarse en su habitación sumergido en su pasatiempo preferido, los rompecabezas... su último gran desafío constaba de 5.000 piezas de un solo color...
aunque no estaba de acuerdo con armar un rompecabezas absolutamente azul por considerar que no respetaba el verdadero principio de este entretenimiento, decidió aceptar el desafío... algo que le demandaba largas noches en vela... a la luz de las mismas...
cada mañana después de llevar a pastar el rebaño, para estar seguro de que ninguna oveja se había perdido, las hacía saltar la cerca una por una para facilitar la contabilidad... pero esta no fue una semana común... el dueño de las ovejas le recriminó la falta de algunas de ellas el primer día y a lo largo de la semana otras tantas desaparecieron sin explicación alguna por parte de hilario... esto le valió una advertencia... si alguna más desaparecía, su fuente de trabajo sufriría el mismo destino...

durante la noche, preocupado y pensativo hilario armaba su eterno rompecabezas tratando de entender como pudieron haber desaparecido tantas ovejas delante de sus ojos...
se despertó a la mañana siguiente, se había quedado dormido sobre el rompecabezas al que le faltaba tan sólo una pieza para ser completado, la cual no encontró en ningun lugar de la habitación... y que no tuvo tiempo de seguir buscando porque debía partir hacia el trabajo...
el sueño por la noche mal dormida se hizo sentir nuevamente en aquel día de trabajo y al llegar el mediodía a pesar de sus esfuerzos y la casi certeza de que todas las ovejas habían saltando el cerco, el dueño de estas le indicó que faltaban otras tres y que prescindiría de sus servicios...

cansado hilario se echó a dormir aquella noche sin ninguna explicación, y cayó en un sueño profundo en donde observó el piso y vió tirada la pieza que faltaba en su rompecabezas... la tomó del piso y al levantar la mirada vió también el rebaño de ovejas perdidas que habían saltado la cerca justo en los momentos en los que se había quedado dormido... aterrizando en sus sueños... se las notaba tan desconcertadas como hilario...
se puso la pieza del rompecabezas en el bolsillo de su camisa y llevó al rebaño hasta la cerca para que saltaran hacia el otro lado, fue contando las ovejas para que salieran de su sueño una por una...
hilario se despertó rodeado de ovejas que cubrían todo el piso del cuarto como si su cama estuviera sostenida por una nube, el único resquicio de cielo era su rompecabezas azul, el cual fue completado con la pieza faltante de su bolsillo...
con la satisfacción del trabajo realizado y la tranquilidad de haber recuperado aquel rebaño... mientras las contaba una a una por última vez... hilario se fue quedando dormido y en paz...