miércoles, 11 de marzo de 2009

sobre la atención y sus beneficios

yo la atención no la presto, porque no espero que me la devuelvan... por lo tanto... cuando salgo a la calle la voy regalando. la observación ocacional es una de las actividades mas gratificantes porque no esperamos mucho de ella, por lo que la mínima bondad por parte del objeto observado nos produce una pequeña alegría, que dura justo lo necesario para que valga la pena.
en momentos tediosos la observación me ha valido de vía de evación y paso a graficarlo con un ejemplo:
un medio de transporte común con un hombre elegante dentro... saco hecho a medida, corbata croata, camisa blanco "ala", ambas medias y cinturon al tono, zapatos casi nuevos, bragueta... abierta, todos los que estamos alrededor lo sabemos y lo guardamos como un secreto popular. la bragueta abierta es como los cuernos... el damnificado suele ser el último en enterarse... y existe un consenso general en el que la preferencia es dejar que la persona se entere por si misma para no ser el mensajero de la vergüenza ajena...
el resto del viaje me lo pase imaginando que le depararía el resto del día a ese señor... alguien que se viste así, notoriamente elegante en este caso, es porque se preparó para algo realmente importante pero... como se le escapó un detalle como este...? bueno, los momentos importantes de la vida están acompañados por nervios del mismo tipo, que se manifiestan de diferentes formas... vómitos, diarreas, bajadas de presión y en el caso de este gentleman, muchas ganas de ir al baño y lapsus mentales que combinados dan por consecuencia un papelón de esta envergadura...
el hecho importante me imagino que podría ser una entrevista laboral para un puesto gerencial en una multinacional, una de esas oportunidades que se dan una vez en la vida por lo que probablemente estuvo prácticando en el espejo del baño como una manera de bajar tensiones, un espejo que según deducción propia no era de cuerpo entero. durante la entrevista que tendrá más tarde, me imagino que su interlocutor le hará preguntas típicas como cuáles son 3 cosas que le gustan de él y 3 cosas que no... y su respuesta será algo así como: "bueeeno... principalmente mi obsesión por los detalles, nunca dejo nada librado al azar y me considero una persona muy abierta"... frase que en otro contexto hubiera sido perfecta pero que se encontrará totalmente desprestigiada por el simple hecho del olvido de algo tan simple que lo damos por sentado... la subida del cierre. mientras tanto el entrevistador vería el espectáculo a través de la mesa de vidrio tratando de tapar el ángulo de visión con el CV, hasta por fin finalizar una entrevista tan incómoda para el entrevistador como para el entrevistado. el candidato se iría de la entrevista ya más relajado y pensando en lo bien que le fue, para dentro de unas horas preguntarse a si mismo en una retrospectiva rápida (como esas que tienen las personas con experiencias cercanas a la muerte) cuando fue la última vez que había ido al baño y respondiéndose mientras se llevaba los dedos al entrecejo... "12 hs atrás... justo antes de salir de casa".
pero claro todas estas son sólo conjeturas, quizás un alma caritativa lo paró por la calle y con una frase tan simple y mundana como "sr... tiene la farmacia de turno" logró que cerrando esa abertura se le abrieran de par en par las puertas de aquella gerencia...