en aquel atardecer tus labíos violetas auguraban un frío fuera de lo común
vi tu piel azul rozando mi camisa
tu cabello en la cara me llenó de dudas
mientras un verde astro rey se ocultó tras la colina
grité desesperado pensando que habías muerto
grité hasta quedarme un tanto afónico
grité hasta que despertaste malhumorada
qué difícil es la vida del daltónico.