miércoles, 14 de marzo de 2012

hoy no llores...

hoy no llores hermosa, que no necesitas regar más esos ojos... están lindos así como están...
no llores, recuerda, que con esta tormenta se mezcla tu llanto y nadie percibe cuán triste tú estás...
no llores, ya es tarde y una gota en la mejilla aprende a caer pero nada sabe de volver el tiempo atrás...
no llores hermosa... que me ahogo de verte, a pesar de que tus lágrimas ni medio vaso pueden llenar...
no llores ahora... espera a mañana, quizás algo cambie y tus lágrimas tristes no quieran salir a pasear...

sábado, 10 de marzo de 2012

a pedido del público

"a pedido del público…"
como si el artista no tuviera ganas... como si fuese un esfuerzo extra que le concede a sus seguidores sólo por amor y por el altruismo puro y llano del más bondadoso de los seres que le regala una noche más al más insistente de los públicos, el artista baja la cabeza y cumple con el deseo popular indicando con falsa modestia que no era su intensión pero fue el público el que le pidió que se agregara una función. jamás por beneficio propio... porque el artista podría estar en casa disfrutando de los millones ya ganados por sus presentaciones planificadas pero ahora tendrá que reorganizar su agenda "a pedido del público"... ese intempestivo público que decidió amarlo más de lo que sus agentes tenían pensado y por el cual tendrá que importunar a otros con cancelaciones y deshonrar pactos preexistentes sólo porque como todos saben…
"el artista se debe a su público…"
porque un artista sólo existe si hay alguien que lo escucha, que lo ve, que lo siente… y paga por ello... es por eso que el artista se debe a su público mientras este sea privado, porque al que no le paga no le debe nada y como la entrada no acepta devolución, después del show y con la transacción ya finalizada tampoco le debe nada al público privado que lo contrató... por lo tanto eso los transforma en clientes y es de público conocimiento que…
"el cliente siempre tiene la razón…"
por eso si el público privado que es cliente pide un día más de show… el artista público que en privado atiende siempre le da la razón...

sábado, 3 de marzo de 2012

los torranta (o la terapia del autoengaño)

linda jamás le hizo honor a su nombre. sabiéndose poco agraciada prefería autoengañarse pensando que cuando la llamaban por su nombre en realidad estaban usando el adjetivo.
una familia sin razón ni corazón le puso ese nombre aún sabiendo que su apellido era torranta. en aquel entonces linda prefería pensar que cuando la llamaban por su nombre completo en realidad se referían al registrado en su documento, aunque en el barrio se sabía que ese no era el caso y dudaban si su nombre había sido una profecía autocumplida o tan sólo una de esas casualidades que no parecen tan casuales.
a la señorita torranta se la veía en los bares con actitudes que enorgullecían más a su apellido que a su familia. mientras su fama crecía sus padres agradecían que linda no lo fuera para que torranta no fuera tanto. aunque trataron de acortar sus noches sólo lograron alargar sus tardes y finalmente llegó la noticia que sus padres habían esperado desde que linda era una torranta, el arribo de un nuevo integrante a la familia.
como era de esperarse el padre jamás reconoció a la nueva niña que estaba viniendo al mundo y después de todo ese sufrimiento hasta linda se preocupó de que su hija no siguiera sus mismos pasos, aunque no la ayudó demasiado cuando le puso milena de nombre a la pequeña.
pasada la riesgosa adolescencia, milena era una señorita que poco se parecía a su madre, de hecho hasta los 22 años no se le conoció una pareja ni nada parecido y sólo tuvo un novio en toda su vida con el que luego de 5 años de noviazgo se casó sin que nadie supiera jamás de aventuras o historias extrañas de ninguna de las partes.
pero las casualidades que a veces no parecen tan casuales tienen toda una vida para presentarse… milena se recibió de abogada, terminó ocupando un cargo de diputada a los 35 años y se la veía en el congreso con actitudes que enorgullecían más a su apellido que a su familia. era conocida popularmente como "mil en atorranta" más como puntaje delictivo que como nombre propio, aunque ella prefería autoengañarse pensando que cuando la llamaban por su alias en verdad se estaban refiriendo al nombre estampado en su documento...
mientras tanto su madre, ajena a las turbiedades de su hija, se sentía orgullosa cuando escuchaba de refilón en alguna charla de café:
"claro que conozco a la diputada milena,
aunque en casos como ese no hay un solo responsable,
para criar una persona de ese tipo…
linda torranta habrá sido su madre…"