martes, 30 de marzo de 2010

antenor, el último gran orfebre

antenor era un artesano, un diestro orfebre zurdo que aprendió a ser zurdo tanto como aprendió a ser diestro... sus padres le obligaban a utilizar su mano izquierda motivados por la sabiduría popular que auguraba un gran futuro a las manos hábiles opuestas al común de los orfebres... los grandes artistas de esa especialidad habían sido zurdos y se destacaban entre ellos portelán y misuto, quienes habían trabajado para los grandes reyes de otras épocas los cuales oficiaron de mecenas de estos elegidos...
repujados, cincelados y filigranas... ninguna técnica era secreta para antenor ni su familia de gran tradición en este arte, ellos pusieron todas sus esperanzas y sueños en aquellas manos... de a poco antenor se fue haciendo conocido en toda la mesopotamia y su fama lo precedía adonde quiera que fuera, su mano derecha era venerada, pero la izquierda siempre fue adorada bajo la promesa de que todo lo que ella tocaba se convertía en una obra de arte de difícil discusión... el heredero de misuto, el último gran orfebre, había llegado...
el boca a boca fue transformando a antenor en un semidios, algunos indicaban sanaciones milagrosas al ser tocados por aquella divina mano izquierda, otros fabulaban con pedazos de madera transformados en oro por la zurda filosofal...
su habilidad adquirida se transformó en un peso demasiado grande y el esfuerzo no reconocido de su aprendizaje fue la peor cruz para antenor, quien era visto como el portador de una virtud sagrada enviada por dios que le podía haber tocado a cualquier otro... un prodigio en el cuál él poco tenía que ver...
cansado de no ser reconocido por los verdaderos motivos antenor no se quitó la vida, pero si la siniestra... pasó meses encerrado en su casa y cuando por fin salió de su enclaustro le entregó al rey su último y más deslumbrante trabajo, con la mano que le quedaba fabricó el más hermoso trabajo de orfebrería jamas visto realizado sobre el baño de oro que cubría su arrancada mano izquierda, en la que podía leerse la filigrana de plata que rezaba: "esta mano ya no es mía pues uds. la han endiosado... con la mano que me queda a su dios yo he adorado"...