jueves, 11 de marzo de 2010

sobre la discriminación y el contexto

durante mi estadía en rio de janeiro percibí las variaciones de lo que consideramos discriminación, dependiendo del contexto... estando en la playa observé hacia las 16 combinaciones cardinales buscando al fotógrafo que se encargaría de retratar mi momento vacacional y finalmente lo encontré… tenía que cumplir con las requisitos principales de las personas a las que le confiamos la cámara… no robarla y sacar una buena foto. en otro contexto esa mujer gorda y con 4 hijos de sonido envolvente no sería la primer opción pero en este caso las mismas características que la hacían no favorable para algunas circunstancias la hacían la opción perfecta para ser mi fotógrafa. por un lado, esa señora que parecía varada en las playas de ipanema (y que no evocaba de ninguna manera a la 'garota de…') no tenía forma de escapar con mi cámara en la arena seca y por otro lado, teniendo 4 hijos menores de 10 años su maestría en la fotografía no estaba en duda, gran parte de las fotos que se le sacan a un ser humano en su vida son sacadas por sus padres en los primeros años de vida. como era de esperarse, la foto salió perfecta, me despedí de la señora que parecía estar más agradecida que yo de realizar el retrato y me dirigí a un puestito de pescado frito… otra prueba clara de cómo se da vuelta la balanza según el contexto... a mi lado estaba el puesto oficial… impecable estructura gris metalizada moderna con forma de palmera baja de 4 hojas que se mimetizaba con el paisaje, dentro de ella 3 muchachos con guantes, delantal y gorra verdes al mejor estilo mc. donald's preparaban pescado frito mientras otro atendía en la caja… a 50 metros de ahí, el puesto no oficial de un moreno viejo en sunga, arrugado por el sol, que pareció haber inaugurado el puesto el mismo día que la playa, sumado a un pescado de dudosa procedencia, ollas totalmente negras y deformadas por la exposición al calor intenso durante años y claro… el sistema de higiene formado por unos baldes de agua al costado que mantuvieron su contenido durante toda la permanencia en la playa... pero quién puede igualar el sabor del pescado frito no oficial...?

mientras degustaba mi pescado frito y admiraba mi foto playera pensaba que no existe discriminación cuando dejamos de lado cualquier diferencia o detalle para ver en esencia que es lo que realmente buscamos... un concepto simple pero difícil de aplicar en un mundo lleno de diferencias y detalles... y de muy escasa esencia...