lunes, 25 de abril de 2011

sobre la complejidad de las tareas simples

el viernes 1 de febrero de 1985 me enviaron a comprar 2 botellas de agua, 300 gramos de queso y papel higiénico... recuerdo que en aquella época mi perro me seguía por todos lados y ladraba indefectiblemente cada vez que cerraba tras de mi una puerta que le impedía el paso, la única puerta que realmente respetaba era la del baño, creo que el hecho de que yo fuera el que orinaba ahí dentro lo hacía considerar aquel pequeño espacio el único territorio de mi exclusiva propiedad... fui hasta el almacén a la vuelta de casa en su compañía, compré lo indicado y la mayor preocupación que tuve en aquel momento fue verificar que el vuelto era el correcto... media hora después estaba en casa...
por una de esas coincidencias impulsadas por las necesidades 26 años después se volvió a repetir exactamente el mismo pedido, el almacén ya no existe más así que me dirigí al hipermercado a 5 cuadras de casa... mi perro ya no está conmigo pero tampoco lo hubiera llevado por la posibilidad de no encontrarlo atado afuera a mi salida...
encontré después de un rato la sección de aguas en las que se disponían una tras otra las diferentes variedades... gasificada, con más gas, ligeramente gasificada y sin gas, con sodio o sin sodio, saborizadas de litro, litro y medio, litro y cuarto, dos litros menos cuarto y una con 25% más hasta agotar stock... llamé a mi casa desde el celular para preguntar exactamente en que consistía la compra de 2 botellas de agua... y si preferían que fuera de alta montaña, de pozo profundo o procedencia francesa... aclarado el mal entendido seguí con los quesos, problemas similares con tipos light, no light, menos bacterias, más bacterias, con gg, sin gg y otras clasificaciones... el papel higiénico suave, áspero, 40 metros y 4 rollos, 2 rollos y 50 metros, hoja simple, hoja doble... y por fin a la caja de 15 productos...
una hora después de haber salido me encontraba en casa pero el queso no era el que me habían pedido...
creo que en estos últimos años estuvimos todos tan concentrados en hacer las tareas complejas más simples que nos olvidamos de no complicar las que ya venían simples de fábrica...