lunes, 6 de diciembre de 2010

sobre cómo nace un compositor de tango

anselmo era un tanguero de ley... de gomina, pelo en pecho, pulcra vestimenta, de barrio de guapos...
todas las noches apoyaba su espalda y una suela en el farol de la esquina que iluminaba su sombrero y sus zapatos de charol impecables... era la estampa y orgullo del barrio...
no le molestaba la traición en si, sino el hecho de que lo obligaba a vivir desconfiando... su mirada era fija y la claridad de sus palabras no daba jamás derecho a pedir que reiterara sus frases a pesar de su constante uso del lunfardo...
hombre de palabra, carácter y un magnetismo natural, bailaba con pasión y su voz grave era más grave de noche... vivía de su estampa casi sacada del libro del auténtico tanguero y aunque nunca compuso un tango, conocía todos los existentes...
un adoquin sobresalido y traicionero le dejó para siempre una uña del dedo gordo de su pie más bailarín mucho más gruesa que el resto, esto le provocaba un problema permanente de agujereamiento de medias que no resistían durante mucho tiempo el grosor de aquella uña... además de un tremendo mal carácter cuando como instructor de tango le pisaban aquel pie, muchas palabras del lunfardo fueron sólo conocidas por el común de la población después de esos pisotones... y un par fueron inventadas durante...
desde aquel día no confío nunca más en un adoquín y caminaba mirando hacia abajo... con el tiempo su postura erguida se fue encorvando, dejó de usar el sombrero que le tapaba la visión mientras enfocaba su vista en el piso y abandonó la academia de tango a pedido del director...
su ropa ya no fue impecable después de aquellos eventos, su voz era temblorosa y no estaba tan seguro de si mismo... fue entonces cuando estando en el fondo del mar y sumergido en la desdicha pudo por fin componer su primer tango que terminaba con la siguiente estrofa...

"sobresaliente y desubicado, no debería haber estado en ese lugar,
yo con mis fuerzas, lo he maltratado y aunque soy macho él me hizo llorar
no baje la mirada por los recuerdos, ni arruine ahora lo que va a venir
yo en esta noche sin más remedio... me hundo en el río... ataaaado a mi adoquín (chan chan)"