miércoles, 20 de octubre de 2010

las bolas de borneo

saninka era un nativo de la región indonesa de la isla de borneo que decidió emigrar al pueblo de tawau en la parte malaya de la misma isla como recolector de unas semillas muy utilizadas entre la población conocidas como las 'bolas de borneo', que luego de popularizarse entre los visitantes se empezaron a exportar al resto del mundo... embarcaciones completas se llevaron miles de toneladas pero bajo otro nombre más comercial: cacao o cocoa... variando su nombre si se referían a la semilla en si o al fruto...
los nativos no estaban de acuerdo con la exportación de esta semilla que consideraban sagrada, afrodisiaca y origen de la virilidad de los nativos de la isla, exportar esta semilla era debilitar esa virilidad a ojos de sus antepasados que custodiaron las bolas de borneo durante siglos... pero era difícil tratar de mantener la tradición por un lado y por otro, dejar de percibir los beneficios económicos notables que les producía la venta de este fruto único...
consultados los dioses la decisión tomada fue un engaño que terminó siendo la mayor estafa perpetrada a nivel mundial en los tiempos pasados y por venir... y el elegido para efectuarla fue el inmigrante indonés de nombre saninka... él fue el encargado de ir reemplazando las bolsas de semillas para los nuevos cultivos con una semilla muy similar a las bolas de borneo pero no exactamente igual... el reemplazo fue tan paulatino que saninka y dos generaciones más después de él lograron silenciosamente que ni una sola bola de borneo más saliera de la isla... pero al mismo tiempo que se mantuviera el nombre de cacao a pesar de no ser verdaderamente el fruto exportado en sus orígenes...
de cualquier manera el falso cacao se popularizó por su utilización en la fabricación del chocolate y no existe ser que haya probado el chocolate y piense en iniciarle un juicio a borneo por esta estafa... por lo que de alguna manera esa fue la bendición que le concedieron los dioses de borneo al mundo en retribución por dejar en paz a su sagrado fruto...