martes, 26 de octubre de 2010

la risa de larisa

una carcajada de larisa era todo lo que se necesitaba para levantar una fiesta...
no había una sola persona que no se tentara y se largará al menos con una sonrisa ante la perfecta y contagiosa risa de larisa... no tenía desperdicio, se escuchaba en todo el lugar, se contagiaba rápidamente y la gente que no la conocía preguntaba cual había sido el chiste o la ocurrencia que despertara semejante reacción...
algunos se volvían adictos y trataban de hacerla reir con la más variada gama de estupideces hasta encontrar cual era el sentido de su humor y escuchar esa limpia carcajada una vez más...
sacarle una risa a larisa no era fácil y larisa tampoco... conciente de la atracción que despertaba en el sexo opuesto no sólo por su simpatía... trataba de encontrar un delicado equilibrio en su relación con otra gente, se sabía el centro de atención y más aún después de una buena carcajada que usaba como arma cuando era de su agrado... cuando quería llamar la atención de un hombre su carcajada atravesaba paredes, vidrios y personas hasta llegar a los oidos del destinatario al que no le quedaba más opción que darse vuelta para tratar de saber de donde venía ese sonido... cayendo a su merced al cruzar miradas...
fue una lástima que larisa terminara enamorada del hombre más serio del mundo que le contagió su seriedad y circunspección y privó al mundo de la musical risa de su señora que quedó sepultada como un mito que nadie podía comprobar...
años más tarde un tropezón singular de un hombre particular al que se le escapó su maletín mientras caia y golpeó aparatosamente contra el piso a la salida de un edificio hizo que larisa estallara en una carcajada demasiado alegórica para la situación y por la que tuvo que dar algunas explicaciones al desparramado ejecutivo mientras éste se recomponía... desde aquel momento su risa fue incontrolable, se tentaba con las situaciones más ordinarias, trataba de controlarse sellando su boca pero se podía sentir su carcajada contenida, era un sonido grave entrecortado que surgía de la base de su garganta como un volcán a punto de estallar...
su marido, preocupado, trataba de encontrar la causa de este comportamiento y le planteó la posibilidad de ir a un médico pero la seriedad con la que abordaba el tema hacía que larisa se riera aún más, llegando a sufrir un dolor intolerable en la boca del estómago...
el médico sostuvo que el caso de larisa era único, había tratado muchos casos de personas que habían perdido el sentido del humor... pero jamás una que de golpe hubiera encontrado todos los sentidos del humor como parecía ser el caso... larisa era altamente susceptible al humor irónico, al inteligente, a las morisquetas más comunes que harían sonreir a un niño de dos años, al humor negro o al absurdo... no pudo darle una cura porque no era una enfermedad así que le dió una enfermedad para que se sintiera curada... una pastilla roja y una pastilla verde, dos veces al día por el resto de su vida... y le recomendó que lo viniera a visitar en el caso de que algo le causara demasiada gracia... luego de ese día nunca más recibió una visita de larisa... así como tristemente tampoco ella volvió a recibir jamás ni una sola visita de la risa...