miércoles, 3 de agosto de 2011

sobre las verdades

las verdades son raras y no siempre bienvenidas.
la suya vino en una oración corta... un simple, clásico y práctico: "te extrañé". le agradecí, no por extrañarme que era algo que ella no manejaba sino por comunicármelo. es bueno de tanto en tanto escuchar verdades para variar y mantener esa duda histórica de no saber cuando alguien es sincero y cuando no, este es un bizarro partido de truco sin cartas en el que nadie sabe hacernos las señas necesarias para saber que carta hay que tirar.
mis verdades, en cambio, suelen tener más palabras y no son lo simples que debería ser una verdad:
"hacé de cuenta por un rato que soy uno de los centros de tu vida, que me extrañás incluso en mi presencia, que algo no está bien cuando no estoy. no busco ni cariño para mascotas, ni conformidad de resignado. que tu amor sea sincero y tu preocupación verdadera, para mentiras encubiertas yo ya tengo esta pasión".
sus pocas palabras fueron agradecidas, las mías fueron regañadas con una mejilla colorada, un café negro tirado en un sillón blanco y en un jean... que se quedó sin su yan.
una carta mal jugada fue en este caso mi verdad, son cartas con las cuales en algunos casos es mejor irse al maso que jugar...